Nací en junio del año 1959, (el siglo pasado). Naturalmente, no tengo memoria de ese momento. Según las investigaciones psicológicas, Los seres humanos empezamos a formar recuerdos alrededor de los tres o cuatro años de edad. Por este motivo, lo que os cuento antes de esa edad, es lo que me contaron mamá y papá.
Lo primero que debo contaros es que; nací al revés Os lo explico:
La mayoría de los bebés nacen con la cabeza primero, seguida rápidamente por el resto del cuerpo. Las doctoras deben ser muy cuidadosas para evitar que resbalen al salir del vientre materno y causar una catástrofe. Sin embargo, yo tuve que ser diferente y nací con los pies por delante, seguidos por la cabeza.
Nacer de pies supone grandes riesgos para la mamá, como mayor posibilidad de lesiones y bastante más dolor durante el parto. El cordón umbilical también puede enrollarse alrededor del cuello del bebé (esto me sucedió a mi), Como no podía respirar, me pusieron en una incubadora, que es una especie de caja de cristal donde cuidan a los bebés recién nacidos con dificultades. Permanecí allí varios días hasta que mi respiración se normalizó.
Mamá siempre me decía que, por nacer así, tendría buena suerte en la vida, pero creo que era para conformarme. Yo hubiese preferido hacerlo de manera normal y no haberle provocado tanto dolor.
Las doctoras, creyendo que mi vida estaba en peligro, llamaron al sacerdote del hospital para bautizarme. (Os explicaré esto más adelante), pero lo más importante es:
Siempre debéis amar a vuestras madres con todo vuestro corazón.
Por aquellos años, nuestra familia carecía de recursos económicos. Cambiábamos de ciudad con frecuencia siguiendo los trabajos que encontraba papá. Es verdad, viví en muchos lugares, pero, esto era un inconveniente, ya que cuando lograba hacer amigos, pronto teníamos que mudarnos y comenzar de nuevo.
Mamá me contó que, en ocasiones, recibía ayuda de una entidad caritativa, pero cuando esta no llegaba, no podía comprarnos leche. Para evitar que lloráramos todo el rato, nos daba pan que mojaba en agua. Aunque era muy pequeñito, todavía puedo recordar el olor y sabor del pan mojado en agua como si fuera algo muy reciente. Esto ya os lo he explicado, está relacionado con el hipocampo.
El próximo día os contaré otro acontecimiento grave que me sucedió cuando contaba cuatro años de edad.
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