A los cinco años (o tal vez seis, no lo recuerdo con exactitud), asistí al colegio por primera vez. Residía en Petrer (el pueblo de la plaza cuadrada del que os escribí antes). El primer día me sentía muy nervioso; todo me resultaba diferente y extraño, y el colegio tenía un olor característico a lápices de colores y estufa de leña. "Me parecía enorme, pero probablemente … [Leer más...] acerca de Mi primera escuela