Para los jóvenes de mi generación, alcanzar los catorce años representaba un hito muy especial y a la vez algo desafiante. De pronto, los adultos comenzaban a tratarnos distinto, esperando que actuáramos como personas mayores. Constantemente nos recordaban:
¡Compórtate bien, ya no eres un niño!, como si adaptarse a esa nueva etapa fuera sencillo. 😡
Es verdad que anhelábamos cumplir catorce años para dejar de sentirnos insignificantes, pero sabíamos que el cambio era gradual y no sucedía por arte de magia. 🪄
Al alcanzar los catorce años se nos presentaban oportunidades emocionantes, como la posibilidad de obtener permiso para manejar ciclomotores (limitados a sesenta kilómetros por hora), ver películas para mayores de catorce en el cine y empezar a trabajar como aprendices en talleres, fábricas o comercios. Además, comenzaban a tratarnos un poco más como adultos, aunque todavía no lo fuéramos completamente.
“Era más un cambio social que físico, ya que la transición de la infancia a la adolescencia es gradual”. Es una fase que se extiende por varios años y que todas experimentamos, por lo que es inevitable: ¡forma parte del proceso de crecimiento y maduración!
Estos cambios están vinculados con las hormonas, que son como unos correveidiles veloces que, en nuestro cuerpo, señalan el momento de desarrollar ciertas características, como el crecimiento del vello facial y corporal, el desarrollo de los senos y el comienzo de la menstruación.
Nuestra voz cambia, surge el acné (tranquilas, hay cremas especiales para tratarlo).
Estas hormonas también influyen en cómo nos comportamos y percibimos las cosas y, a veces, nos sentimos los “reyes del gallinero”, creyendo saber más que nadie y respondiendo a nuestros padres. “No os molestéis si mamá o papá os piden hacer tareas domésticas, además de los deberes escolares”. Pueden parecer complicadas, pero al repetirlas varias veces, se descubre el truco. Podéis practicar todo lo que queráis, así las dominaréis antes y seréis más independientes y capaces.
También es muy posible que os interesen chicos y chicas a los que antes no prestabais mucha atención.
¡Estamos un poco descontrolados y, a veces, ni sabemos lo que queremos! 🤣.
Al miraros en el espejo, podréis notar algunos cambios en vuestra apariencia. No os alarméis, es parte del proceso de crecimiento que todos experimentamos.
“Os aseguro que, a partir de los catorce años, viviréis muchas experiencias emocionantes”.
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