Es importante recordar que, aunque los teléfonos móviles son herramientas útiles y pueden ser necesarios para muchas actividades diarias, también es saludable tomar descansos de la tecnología y pasar tiempo en el mundo real. Si sientes que tu uso del teléfono móvil está interfiriendo con tu vida diaria, puede ser útil hablar con un profesional de la salud mental.
Entendiendo la Nomofobia.
Mamá o papá explica que es la nomofobia, pueden consultar la entrada del blog: La Nomofobia. El peligro de adición al teléfono móvil
Discusión grupal.
Toda la familia opina y comparten experiencias. Esto nos ayuda a sentirnos menos solos en el problema.
Respondemos a las preguntas. Nos puede ayudar a entender mejor la relación con su dispositivo.
- ¿Cuánto tiempo estamos revisando nuestro teléfono móvil?
- ¿Qué consultamos?
- ¿Podemos salir a la calle sin teléfono móvil?
- ¿Cómo nos sentimos cuando lo dejamos en casa?
- ¿Qué redes sociales consultamos?
Mamá y papá exponen como las personas con nomofobia pueden sentir ansiedad o pánico cuando no tienen su teléfono móvil. Pueden preocuparse constantemente por perderlo, o pueden sentir la necesidad de tenerlo siempre a mano. También pueden pasar mucho tiempo en su teléfono, lo que puede interferir con sus actividades diarias y relaciones personales.
¿Tenemos alguno de estos problemas?:
- Efectos sobre la salud mental (como la ansiedad y la depresión).
- Efectos sobre la salud física (como la tensión ocular y el dolor de cuello).
Discusión final.
Realizamos una redacción con lo que hemos aprendido y la compartimos entre todos. Recordamos que está bien buscar ayuda si nos sentimos abrumados por nuestra relación con el teléfono, pero podemos empezar por:
- Establecer límites: Intentar establecer un horario específico durante el día para usar el teléfono móvil. Por ejemplo, podríamos decidir no usar tu teléfono durante las comidas o una hora antes de ir a la cama.
- Dedicamos tiempo de calidad a otras cosas: Actividades que disfrutes y que no requieran el uso de un teléfono móvil. Leer un libro, hacer deporte, pintar, tocar un instrumento musical, etc.
- Nos desconectamos digitalmente: Un día a la semana desconectamos el teléfono móvil. Intentamos romper el ciclo de dependencia.
- Reducimos las notificaciones que recibimos: Cuantas menos notificaciones tengamos, menos probable será que tengamos la necesidad de comprobar constantemente el teléfono.
Recordad, el objetivo no es eliminar completamente el uso del teléfono móvil, sino establecer un equilibrio saludable.
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