No me suelo entristecer con frecuencia, pero cuando lo estoy, salgo a caminar para rescatar caracoles hasta la puesta de sol. El mismo sol que se está escondiendo sobre el horizonte da luz y calor a todas las personas, y me siento muy cerca de vosotras. Respiro muy profundo y lentamente para percibir los aromas de las plantas y campos por los que paseo, e imagino que vosotras desprendéis las mismas esencias, frescas y puras.
Con mi imaginación (ya sabéis que es muy importante imaginar), os acompaño al cole y os ayudo a hacer los deberes, pues quiero tener tiempo suficiente para contaros cien historias y dibujaros a los más famosos personajes de los cuentos más divertidos. Como hice con vuestra mamá y papá hace muchos años. Cuando me encuentro muy dentro del huracán y por las noches no puedo dormir, sigo pensando en la sonrisa de un payaso y, cuando lo deseo, viajo en mi nave espacial imaginaria. Como tiene suficiente espacio para todas, me acompañáis en el descubrimiento de nuevos universos y planetas. Es muy divertido.
Muchos días también imagino que construimos una cometa, tal y como lo hacía con el bisabuelo cuando yo era un niño, y la volamos muy alta.
Aunque en estos últimos tiempos no he podido compartir muchos momentos de vida con vosotras, debéis saber que todos los días, asomado a mi ventana, os veo pasar con vuestra mamá y la abuela, y mi corazón late tan fuerte que creo que va a salir corriendo tras vosotras para daros millones de besos. Quizás en un futuro próximo mis sueños se cumplan y pueda escapar de la tormenta.
Durante estos meses, en los que he dedicado tantas horas a dibujaros y escribiros esta historia, me he cansado mucho, pero deseaba regalaros parte de mi memoria, experiencias y conocimientos que no solo emanan de mi mente, también de mi corazón. Quizás os resulten útiles en algún momento de vuestro camino.
Esta es mi pequeña historia de vida, nada especial ni importante, pero es parte de vuestro árbol de la vida.
Debéis ser valientes para afrontar los desafíos que encontraréis en vuestro camino. Estad orgullosas de vuestro árbol de la vida. Practicad el amor y la generosidad y lo fundamental: rechazad el odio y el rencor, pues os atraparán e impedirán ser felices.
Os quiero con todo mi corazón.
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