
Hoy propongo algo diferente: una actividad en familia para reflexionar sobre la migración, ponernos en los zapatos de quienes dejan su hogar y, sobre todo, aprender cómo podemos hacer del mundo un lugar más amable. No se trata solo de hablar, sino de crear algo juntos que nos haga pensar y sentir. ¿Te animas?
¿Por qué hacemos esto?
El tema de la migración está en todas partes. A diario, miles de personas tienen que abandonar su hogar, su país, su gente. A veces por necesidad, a veces por miedo, pero siempre con la esperanza de encontrar un futuro mejor.
El problema es que muchas veces, en lugar de recibir apoyo, encuentran rechazo. Y ahí es donde entramos nosotros. Esta actividad es para que tu y tu familia en su conjunto reflexionéis sobre lo que significa migrar, lo que sienten las personas que dejan todo atrás, y cómo podemos hacer que su camino sea un poco más fácil.
No podemos cambiar el mundo de golpe, pero sí podemos empezar con pequeños gestos. Así que, ¡manos a la obra!
¿Qué necesitamos?
- Cartulinas de colores
- Tijeras y pegamento
- Rotuladores o lápices de colores
- Revistas viejas para recortar imágenes
- Una cuerda o lana
- Pinzas de ropa pequeñas o cinta adhesiva
¿Cómo lo hacemos?
1. Un momento para pensar
Antes de empezar con la manualidad, tómate un minuto para pensar o hablar en familia. Responde estas preguntas:
- ¿Por qué crees que alguien decide dejar su país?
- ¿Cómo te sentirías si tuvieras que irte a un lugar donde nadie habla tu idioma?
- ¿Qué crees que necesita alguien que llega a un país nuevo?
Este ejercicio te ayudará a entender mejor lo que sienten las personas migrantes.
2. Construyendo puentes en lugar de muros
Ahora sí, ¡vamos con la parte creativa!
- Dibuja y recorta un puente en una cartulina. Usa colores vivos y diseños llamativos.
- Escribe en él frases de apoyo para alguien que acaba de llegar a un nuevo país. Algo como:
- «Eres bienvenido/a aquí»
- «No estás solo/a»
- «Mereces un futuro mejor»
- «Todos tenemos derecho a un hogar»
3. Dale más significado
- Recorta imágenes de revistas o dibuja cosas que representen apoyo y esperanza: un apretón de manos, una mochila, una casa acogedora, un libro para aprender un idioma.
- Pega esas imágenes junto a tu puente.
4. Muestra tu mensaje al mundo
- Busca un rincón especial en casa y cuelga una cuerda o lana.
- Usa pinzas de ropa o cinta adhesiva para colgar tus puentes y dibujos.
- ¡Ya está! Has creado tu propia Cuerda Solidaria.
¿Y ahora qué?
Mira tu obra de arte y piensa:
- ¿Cambió tu perspectiva sobre la migración después de hacer esta actividad?
- ¿Cómo podrías ayudar a alguien que llega a un nuevo país? (Tal vez con un saludo amable, paciencia si no habla bien el idioma, o simplemente mostrando respeto y empatía).
Para ti, si eres adolescente…
Si quieres ir un paso más allá, investiga historias reales de migrantes. Busca libros, artículos o documentales. Si te animas, puedes escribir una carta de ánimo y ver si hay alguna organización que las reparta a personas en situación de migración.
¿Por qué esto importa?
- Te ayuda a entender el mundo: A veces, pensamos que la migración es solo números y noticias, pero en realidad, son personas con historias, sueños y miedo, igual que tú.
- Te hace más empático: Ponerte en los zapatos de otra persona te ayuda a ver el mundo con más humanidad.
- Te muestra que puedes hacer algo: No necesitas ser un político o un activista para ayudar. A veces, basta con ser amable y comprensivo.
Conclusión
El mundo puede ser un lugar difícil, pero tú tienes el poder de hacer que sea un poco mejor. No se trata de grandes acciones, sino de pequeños gestos que suman.
Así que, la próxima vez que veas a alguien nuevo en tu barrio, tu escuela o tu comunidad, recuerda: los puentes unen, los muros separan. ¿Cuál eliges construir?
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